En apéndices I:
Y llegué a la conclusión de que las casas son muy parecidas a los libros: tantas alrededor de ti, pero sólo entrarás en algunas y menos aún son las que visitarás o habitarás por un tiempo más largo. En la mayoría de los casos, a ti te ha sido destinada una posada, una fonda, una tienda alquilada por una noche o un sótano. Y raramente, muy raramente, te darás cuenta de que vuelves a entrar, empujado por un temporal, en el mismo edificio habitado tiempo antes y pasas la noche de nuevo allí, recordando dónde habías dormido y cómo todo, aunque siga siendo lo mismo, había sido distinto, y en qué ventana amanecían las primaveras y por qué puerta se salía en otoño…
Pingback: Diccionario jázaro, por Milorad Pavic – apserranoblog