El nuevo Nuevo Testamento

Año: 2015

Director: Jaco Van Dormael

“Dios existe y vive en Bruselas”

Sin duda una de las películas más originales y distintas de cuantas he visto, y también una de las que más me han gustado. Estoy sencillamente deslumbrado y no sé por dónde empezar, si por la divina niña de diez años cargada de un lenguaje poético que enamora al más ateo (es decir, a mí), si por la música, si por el humor ácido por momentos, surrealista en otros, directamente inclasificable en algunos, si por los protagonistas secundarios que llenan de color la pantalla, o si por Dios y JC. El caso es que este cuadro fílmico se merece mi admiración y que dé el coñazo a todos aquellos que me quieran escuchar o leer.

Para qué decir más, si acaso, pediría que esta noche Ea también me invente a mí un sueño. Visto el buen gusto que tiene le dejo elegir a su libre albedrío.

Nymphomaniac Vol 1 Cut´s Director

Año: 2013

Director: Lars Von Trier

Hacía meses que una película no me arrastraba a escribir, que no me obligaba a teclear mis pésimas críticas, pero Lars Von Trier rompe con mi sequía.

Lo primero que me veo obligado a decir es que estamos ante una película blasfema hasta decir basta, y que será repudiada por la religión, la ética, lo cívico… pero no por el arte, si entendemos este en su cualidad de meter el dedo en la llaga, porque esta película no saca el dedo de esa llaga en ningún momento, de hecho, se recrea en ella una y otra vez, esa es su esencia.

Narrativamente es brillante. Por supuesto las relaciones entre la sexualidad más cruda y el refinamiento cultural pueden ser tachadas de incoherentes, pero qué carajo, la poesía visual les tiende los puentes necesarios, y la falta de prejuicios, el atrevimiento (recuerdo que he visto el montaje del director, sin censura, con pollas y coños al viento), la provocación, bien vale suspender el juicio para ponerte a aplaudir y decir, este cabrón llega a los límites, los recorre, los disfruta, y tiene la decencia de compartirlo filmando una obra como esta. Así que gracias, Trier (y sonrío, porque no puedo evitar pensar en Joaquín Reyes con su brillante y ya vieja imitación del danés).

En cuanto a los personajes, la pareja de baile principal combina de un modo tan arrítmico, tan insólito, incluso tan divertidos a veces, que son perfectos. No opino igual del tal Jeromé, que llega a molestarme por no considerarlo suficiente para ella, porque no me cuadra tal flaqueza, pero en fin, no hice yo la historia, y carezco de sus derechos.

Dos notas finales. Es difícil ser tan explícito y tan poco erótico, pero esa frialdad está calculada, y lo normal hubiese sido fallar: no es el caso. Segunda, esta biográfica y que no viene al caso, volví a disfrutar con Rammstein.

Y aún me queda el Volumen 2.

I´m Still Here

Año: 2010

Director: Casey Affleck

Termino de ver I´m Still Here y lo hago con preguntas y con sensaciones.

¿Estoy ante una película o ante un documental? ¿Qué hay de verídico y qué de montaje? ¿Si fue montaje, cuánto acabó siendo verídico, y si iba para verdad, cuánto y cuándo se convirtió en farsa?

En cuanto a las sensaciones: la de la intensidad que se respira en el experimento, o lo que sea; la de la originalidad; la del riesgo, imposible de calcular por parte de Phoenix, al involucrar la realidad y salirse de los límites de la ficción.

Responder las preguntas con la perspectiva que dan estos cinco años y los ríos de tinta que supongo ha hecho correr “el asunto”, me resultará relativamente sencillo y me pondré a investigar en cuanto acabe de escribir esto. Pero las sensaciones permanecerán, y eso es lo que importa. He visto algo que no sé bien cómo calificarlo, pero sí sé que ha sido valiente, genuino, brutal en ocasiones, incómodo a menudo, y eso es más de lo que suelen ofrecer la mayoría de las experiencias estéticas.

Por cierto, increíble interpretación sea cual sea la realidad que hay en todo ello. Y gran final. Creo no desvelar mucho o no desvelar nada, cuando digo que solo se podía salir con acierto de su atolladero, en un sentido narrativo al menos, sin salir de ninguna manera, fundiéndote con el entorno, hundiéndote en él, de espaldas a todo, en silencio.

Permítanme un consejo: véanla leyendo lo menos posible sobre I´m Still Here. Cuando la hayan visto, su curiosidad ya se encargará de querer saber más.

Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)

Año: 2014

Director: Alejandro González Iñárritu

 

Me senté en la butaca con ganas de mear y con la expectativa de ver una película interesante que, probablemente me gustaría, pero sin encandilarme por lo poquito que de ella había oído (apenas un tráiler sin sonido y dos críticas más bien tibias). Me levanté a punto del orgasmo con la certeza de haber vivido una de las experiencias artísticas más intensas de mi vida.

¡Joder, Birdman está hecha para mí, supongo que para otros también y de ahí su éxito, pero especialmente para mí!

“Una cosa es una cosa y no lo que se dice de esa cosa”, está bien, pero no esperes que si en la primera escena aparece el protagonista levitando, y con la reflexión sobre “la cosa” que aquí recojo, no vaya yo a hablar sobre esa cosa. ¡Y qué cosa, por Dios!

Y es que esta cosa de A. G. Iñárritu tiene todo lo que a mí me gusta, y hasta cosas que ni siquiera sabía que me gustasen.

Empecemos con que se representa, o más bien se quiere representar, una obra de Carver, cuando pocas horas atrás he terminado La Catedral y aún estoy impactado por la capacidad de este escritor para hacer trascender a personajes de segunda y hasta de tercera, con un lenguaje sencillo, directo, sin alardes. ¿Su secreto? La genialidad tiene muchos caminos. Pero no escapemos de la película.

O sí, porque eso es en buena medida Birdman, una película que se desborda. Lo hace hacia la literatura, hacia el teatro, hacia la psicología, hacia la fama, hacia el fracaso, hacia el humor… hacia las partes de la vida que en definitiva más me interesan. ¿Y cómo logra arrebatarme de esta manera? Recurramos a algunos ejemplos; por un guión perfecto, una música que invade mis sentidos, los movimientos de cámara que hacen que los personajes nos respiren encima, las interpretaciones brutales, los guiños a la ruptura entre realidad y ficción (que Michael Keaton podía haber sido el nombre de Riggan Thompson da buena idea del asunto), el humor que se escapa detrás de cada tragedia personal y de muchas escenas, o el realismo mágico/metáfora del ego que se encarna en la voz del pájaro, y finalmente en el pájaro mismo.

Soy consciente de que soy un cabronazo, y pido disculpas por ello. Resulta que si alguien lee esta crítica antes de ver la peli, difícilmente podrá quedar tan impactado como quedé yo, pues la expectativa que aquí levanto es tan alta, que su experiencia muy probablemente no podrá quedar a la altura. Pero qué le voy a hacer, una cosa será una cosa al margen de lo que se diga de ella, pero hay cosas de las que se debe hablar para llegar a la cosa misma. Lo siento, y no.

Chronicle

Año: 2012

Director: Josh Trank

Vuelvo a reseñar una peli de ciencia ficción porque se lo merece, y no solo porque se referencia a Shopenhauer en sus primeros minutos.

Lo que tiene que quedar más claro de todo, es que no es una peli de superhéroes, porque ni lo son, ni la trama (a pesar de que los protagonistas adquieren poderes) se interesa por tal cosa lo más mínimo.

Chronicle es interesante e inteligente. La historia da sus giros con firmeza y en el momento justo, lo importante está en sus personajes y en lo que les pasa, y los efectos especiales acompañan y encuadran la historia sin comérsela ni destrozarla, como a menudo hacen tantas películas cuando no tienen otra cosa que ofrecer.

Además, la peli se caracteriza por su punto de vista narrativo, el de estar rodada desde cámaras caseras que acompañan a los protagonistas, que sin ser novedoso, nos acerca a la piel, en especial, del más introvertido, raro, y típico personaje yanki de instituto.

En cuanto a la temática de poderes telequinéticos y…, solo puedo decir que se trata de una historia que me hubiera gustado narrar en mi época más friki, aquella quinceañera donde lo paranormal me fascinaba, y que aún en la actual me parece cuanto menos entretenida.

Para terminar, esta película que recomiendo para públicos variados que pueden ir de lo más a lo menos exigente, posee una moraleja que no debemos dejar escapar: cuídate de los malos polvos, porque inclinarán la balanza hacia el peor de tus lados.

El conformista

Año: 1970

Director:Bernardo Bertolucci

Llevaba una racha de críticas más o menos al uso, que esta peli viene a quebrar. De hecho, no pensaba reseñarla pero le debo reconocer que ha trabajado en mi cabeza con paso lento pero encomiable, y que al final, me ha exigido que la escriba.

Se trata de una película dolorosamente profunda, enmarcada en la Italia fascista, y que ahonda en la psicología de Marcello Clerici hasta mostrarnos los recovecos más lúgubres. Y son los recovecos más lúgubres porque podrían ser también los nuestros, y serlos precisamente hoy en día. El título es la clave para entender lo anterior, y no diré nada más sobre el argumento.

Sí diré en cambio que Bertolucci ejemplifica a la perfección dos de mis miedos y preocupaciones. El primero tiene que ver con la capacidad que tenemos para desperdiciar nuestro talento, para echarnos a perder por no querer afrontar las consecuencias y el esfuerzo que se exige. El segundo, es el resultado que deviene tras la rendición: una sociedad conformista basada en sujetos conformistas que se adaptan al poder y a los arribistas, que son unos canallas, pero unos canallas que se atreven, y que no se conforman.

¿Se puede acaso hacer una película más actual? Y aún me hago otra pregunta, ¿cuántos pasos separan al conformista del canalla?

Delitos y faltas

Año: 1989.

Director: Woody Allen.

Seré breve. De Woody Allen qué voy a decir yo que no se haya dicho ya.

Estamos ante una de las películas temáticamente más completas que se hayan filmado jamás. Trata del amor, la ética, los celos, la rutina, el crimen, dios, la pasión, el éxito, el perdón, el nihilismo, la culpa, el fracaso…

Y sus mayores conclusiones dan miedo, puesto que en la relectura del Crimen y Castigo que hace, hay crímenes sin castigo, la riqueza garantiza el éxito, y el fracaso no se reparte con justicia. Es decir, que retrata la vida misma. Y sin embargo, en la tragicomedia que refleja, hay algo que aprehender (tal vez la libertad de elección) y que nos llama a seguir adelante. Una llamada incluso para los perdedores. Un seguir sin rendirse con cierta sonrisa. Sonrisa de estúpido, sí, pero sonrisa al fin y al cabo.

Una sonrisa que en muchos días nos hace, no salir por la ventana… Aunque nadie está libre de terminar haciéndolo si la vida se tuerce demasiado.

El festín de Babette

 

Año: 1987

Director: Gabriel Axel

La última imagen de la última escena es una vela que se apaga. Lo que mi cabeza forja de inmediato es la idea de que soy un “buen ateo”, porque he sido capaz de disfrutar de una película tan religiosa (al parecer por cierto la preferida del Papa Francisco), al igual que un “buen creyente”, lo será si es capaz de apreciar, digamos, la irreverencia y el humor de Woody Allen. Pero centrémonos en El festín.

Sin duda es una película con uno de los humores más sutiles que he visto nunca. Una peculiar oda a la comida que por supuesto no es apta para todos los públicos. Y no solo se debe descartar a quien busque los valores en boga del hollywood comercial, sino también aquellos que no sean capaces de aparcar por un momento las aristas que genera una visión puritana de la vida, incluso beata.

Vayamos con las rarezas. En esta película no hay malos, es más, no hay maldad. Y resulta difícil encontrar el conflicto más allá del rechazo de modo voluntario a la pasión carnal y a todo lujo, incluido el de la comida. Pero tal rechazo no generará angustia, y cuando sus protagonistas se enfrenten a esos placeres, serán capaces de afrontarlo sin rupturas y con éxito en una comunión perfecta, o perfecta al menos hasta el día siguiente tal vez con algo de resaca… pero eso ya se escapa de los límites de la película.

Por último, remarcaré que se trata de una obra con un ritmo lento que sin embargo no aburre, y que al llegar al banquete, comienza a desatar unas tonalidades y unos sabores tan inesperados como elocuentes en miradas, gestos, silencios, y escuetas palabras, que hacen de El festín de Babette, una película digna de degustar para los gustos cinéfilos más exquisitos, o tal vez no, y lo mejor es que la intente probar todo el mundo.

Mulholland Drive

Título original: Mulholland Drive (AKA Mulholland Dr.)

Año: 2001

Director: David Lynch

 

Aún no tengo muy claro qué es lo que acabo de ver, pero decido ponerme a escribirlo antes de que lo olvide… o de que lo tenga claro.

Creo que es una muy buena película de David Lynch, de quien su psiquiatra y su psicólogo (y aún me atrevería a hablar en plural para cada caso –y que me perdonen por usar el genérico) se deben sentir muy orgullosos. Creo que tengo una interpretación final llena de agujeros pero interpretación al fin y al cabo, que es mía, y que seguro es muy diferente a muchos que la hayan visto; es más, quizá haya una interpretación para cada espectador, lo cual la hace grande, y tal vez ilógica, pero grande sin duda. Creo que Naomi Watts demuestra ser una actriz espectacular en todos los registros que ejecuta. Y creo que es la película con la escena de mayor contenido sensual que he visto en mucho tiempo.

Por último, si eres raro, te gusta lo onírico, la belleza, David Lynch, armar puzles, desesperarte, todo junto o al menos una parte, anímate a verla y dale una oportunidad… si es que no lo has hecho aún.