Combustiones no espontáneas
La bicicleta arde, el edificio arde, la ciudad entera arde… pero su corazón sigue frío. La llama siempre está en lugares equivocados.
Combustiones no espontáneas
La bicicleta arde, el edificio arde, la ciudad entera arde… pero su corazón sigue frío. La llama siempre está en lugares equivocados.
Vanguardias
La hermenéutica del lector llegó a tal punto (algunos lo llamaron ego), que los escritores comenzaron a publicar sus libros en blanco (algunos lo llamaron, para ego el nuestro).
Y el maestro dijo:
−El que esté libre de miserias que adelante un paso… para que el resto le apedreemos.
Una mojigata se puso a leer «Cincuenta sombras» en el autobús. La monja esbozó una sonrisa de desprecio, siguió leyendo a Sade.
1. Me rompió el corazón tras una corazonada que me llegó al alma.
2. −Cierto, me encariño de todos mis errores −le dije a la psicóloga−. Si no, tú y yo no estaríamos desnudos.
3. Forcé el límite y me rompí de nuevo. Cacho a cacho me rehíce. Sonreí. En esta ocasión había llegado un poco más lejos.
4. Ya que no me soñarás, aspiro a soñarte, soñando que sueñas conmigo.
5. Presentó una denuncia a la Esperanza por dejación de funciones.
6. ¡Por fin mi Fortuna es ceniza! –Gritaba lleno de júbilo− ¡Podré comenzar de nuevo!
7. Se zambulló en sus tentaciones para arrancarlas el poder que sobre él tenían. Lo consiguió, y ahora es una sombra.
8. Se zambulló en sus tentaciones para arrancarlas el poder que sobre él tenían. No encuentra el fondo.
9.
−Tienes todo el derecho a no quererme pero ninguno, a que yo no te quiera.
−Pero, por qué, hace ya 20 años.
−Y tres días.
10. La noche es el precipicio, que sustituye al precipicio que tú eras.
11. Llegó a odiar tanto, que por las noches mataba luciérnagas.
12. Ella encontró el orden en mi caos.
13. Arrastró la esperanza hasta el vertedero. La arrojó. Al darse la vuelta, la esperanza ya se había deslizado en su bolsillo.
14. Huyendo de la fe, he movido montañas.
15. A cada paso estás más lejos. A cada paso, más adentro.
16. Cuando leo te encuentro, y cuando escribo también. Estás muerto, sí, pero aún te tengo.
17. Aspiro a vivir con los límites rotos entre literatura y vida, y a morir del mismo modo. Así moriré un poco menos.
18.
−Si no lo he leído, doctor, no lo he vivido. ¿Es grave?
−Para empezar cierre ese libro.
19. No pretendas que sea posible el fuego en el corazón, y la paz en el espíritu.
20. Más quisieran muchas victorias ser como tu derrota.
3ª TANDA (noviembre)
1. Desairó a los dioses y lo pagó: le hicieron ateo.
2. El fantasma, disfrazado de enfermera medio en pelotas, pasó desapercibido en la fiesta.
3. −Pegarte cuando éramos niños –dijo el acusado en el pasillo− no estuvo bien. −No, no lo estuvo –dijo el juez.
4. Se quedó a vivir en el tren, a la espera de llegar a destino.
5. El actor de turno se sienta a mi lado. Todas le miran. Me lío a hostias con él. Todos nos miran.
6. Le rezó a la Nada, y la Nada le escuchó tanto como Dios.
7. Con el hechizo roto entre sus dedos, sonrió. Sabía que la magia va y viene.
8. Me leyó el corazón en varios idiomas, y en todos decía lo mismo: tú.
9. Echo de menos tu saliva (1ª versión).
10. Echo de menos tu saliva, otras me escupen, pero no es lo mismo (2ª versión).
11. Echo de menos tu saliva, y que me lamas el corazón con ella (3ª versión).
12. Soy idiota. Le quité las espinas a la rosa, y como bien se sabe, dejó de ser rosa.
13. −Quiero perderme en el laberinto de tu boca −dije ya completamente perdido.
14.
−¿Cómo quieres que te quite la angustia, a base de sexo o de caricias?
−Con ambos, aspiro a todo.
15. Al rajarse las venas le brotó la tinta, se le encharcaron los pulmones de palabras, y murió entre versos.
16. Luchar nos hace más fuertes, escribir nos da poder, leer nos da vida.
17. Deja de atravesarme con tu mirada, y atraviésame con tus besos.
18. Deja de atravesarme con tus besos, y atraviésame con lo que debes.
19.
He visto cataratas,
con menos lágrimas
de las que mereces.
20.
Yo no quiero que la Muerte se muera,
yo quiero,
que se muera la Tristeza.
Twitter nació para intentar engordar mi blog personal de lectores, y lo cierto es que no sé cuánto ha conseguido su objetivo, ni cuánto lo conseguirá en el futuro, pero lo que sí sé, es que twitter contra mi propio pronóstico, se ha convertido en cierto engorde personal, para lo bueno (creatividad e intercambio viral), y para lo malo (cierta dependencia), y lo que decido ahora es que el blog también trate de engordar a twitter, de modo que la espiral circule en ambas direcciones.
En la búsqueda de lo anterior (más sano y más justo puesto que ambas plataformas se han convertido en necesidades literarias), publicaré una entrada periódica que consiste en seleccionar tandas de veinte tuits, o lo que es lo mismo, tandas de micro-ficciones, micro-cuentos, micro-relatos, o como se le quiera llamar, para que quienes acudan exclusivamente al blog, vean también parte de mi labor en twitter.
1ª TANDA (agosto-septiembre)
1. Tres mojigatas leen «Las 50 sombras…» en el metro. Una monja las desprecia. Sonríe, saca su libro de Sade.
2. Y el maestro dijo: −El que esté libre de miserias que adelante un paso… para que el resto le podamos apedrear.
3. Cuentan que volvió a tropezar con la misma piedra. Una y otra y otra vez, hasta que la quebró y siguió adelante.
4. La hermenéutica del lector llegó a tal punto, que los escritores comenzaron a publicar sus libros en blanco.
5. Tengo un plan para ser libres –dijo Eva. Adán aceptó, pero luego fue un cobarde y encima nos llegó su versión de los hechos.
6. Cada clítoris es un mundo, y alguno más de uno.
7. El psiquiatra me dijo que ya estaba curado. No tuve más remedio que matarlo.
8. El cadáver envuelto en sangre. Las alas arrancadas lejos del cuerpo. Era el cuarto ángel en un mes que moría del mismo modo.
9. Comenzó a recordarlo absolutamente todo hasta con el menor de los detalles. Un mes más tarde se pegó un tiro.
10. Me trepané el cerebro para liberar mis ideas. Ahora vivo con un agujero en la cabeza, que es un surtidor constante de palabras.
11. Decidió deshacerse de todo. Solo le quedaba el sexo y los libros. Decidió que se había deshecho de lo suficiente.
12. −¿Que no me atrevo? Vas a ver ¡Dios no existe!
La Plaza de San Pedro estalló en sollozos. El Papa se había vuelto loco.
13. Arrojó el libro al fuego, pero el libro se negó a arder.
14. Abrí la puerta a las pesadillas y cuando entraron, di un portazo y me lié a patadas con ellas.
15. El verdugo me dijo: −Elige, la imaginación o la polla. −La vida –contesté rotundo.
16. Cuando las voces de mi cabeza hablan, dejo que se desahoguen. Como el resto de nosotros, solo quieren que alguien las escuche.
17. Escuché entre sueños trabajar a la carcoma durante toda la noche. Al despertar se habían comido, no la madera, sino mis piernas.
18. Salió a la calle desnuda y le vistió la lluvia… Lástima que fuese ácida.
19. Se arrancó las alas y saltó por la ventana. Se había cansado de volar.
20. Sobre la nieve sangre, sobre la sangre ceniza, y sobre la ceniza, mi esperanza.