Twitter nació para intentar engordar mi blog personal de lectores, y lo cierto es que no sé cuánto ha conseguido su objetivo, ni cuánto lo conseguirá en el futuro, pero lo que sí sé, es que twitter contra mi propio pronóstico, se ha convertido en cierto engorde personal, para lo bueno (creatividad e intercambio viral), y para lo malo (cierta dependencia), y lo que decido ahora es que el blog también trate de engordar a twitter, de modo que la espiral circule en ambas direcciones.
En la búsqueda de lo anterior (más sano y más justo puesto que ambas plataformas se han convertido en necesidades literarias), publicaré una entrada periódica que consiste en seleccionar tandas de veinte tuits, o lo que es lo mismo, tandas de micro-ficciones, micro-cuentos, micro-relatos, o como se le quiera llamar, para que quienes acudan exclusivamente al blog, vean también parte de mi labor en twitter.
1ª TANDA (agosto-septiembre)
1. Tres mojigatas leen «Las 50 sombras…» en el metro. Una monja las desprecia. Sonríe, saca su libro de Sade.
2. Y el maestro dijo: −El que esté libre de miserias que adelante un paso… para que el resto le podamos apedrear.
3. Cuentan que volvió a tropezar con la misma piedra. Una y otra y otra vez, hasta que la quebró y siguió adelante.
4. La hermenéutica del lector llegó a tal punto, que los escritores comenzaron a publicar sus libros en blanco.
5. Tengo un plan para ser libres –dijo Eva. Adán aceptó, pero luego fue un cobarde y encima nos llegó su versión de los hechos.
6. Cada clítoris es un mundo, y alguno más de uno.
7. El psiquiatra me dijo que ya estaba curado. No tuve más remedio que matarlo.
8. El cadáver envuelto en sangre. Las alas arrancadas lejos del cuerpo. Era el cuarto ángel en un mes que moría del mismo modo.
9. Comenzó a recordarlo absolutamente todo hasta con el menor de los detalles. Un mes más tarde se pegó un tiro.
10. Me trepané el cerebro para liberar mis ideas. Ahora vivo con un agujero en la cabeza, que es un surtidor constante de palabras.
11. Decidió deshacerse de todo. Solo le quedaba el sexo y los libros. Decidió que se había deshecho de lo suficiente.
12. −¿Que no me atrevo? Vas a ver ¡Dios no existe!
La Plaza de San Pedro estalló en sollozos. El Papa se había vuelto loco.
13. Arrojó el libro al fuego, pero el libro se negó a arder.
14. Abrí la puerta a las pesadillas y cuando entraron, di un portazo y me lié a patadas con ellas.
15. El verdugo me dijo: −Elige, la imaginación o la polla. −La vida –contesté rotundo.
16. Cuando las voces de mi cabeza hablan, dejo que se desahoguen. Como el resto de nosotros, solo quieren que alguien las escuche.
17. Escuché entre sueños trabajar a la carcoma durante toda la noche. Al despertar se habían comido, no la madera, sino mis piernas.
18. Salió a la calle desnuda y le vistió la lluvia… Lástima que fuese ácida.
19. Se arrancó las alas y saltó por la ventana. Se había cansado de volar.
20. Sobre la nieve sangre, sobre la sangre ceniza, y sobre la ceniza, mi esperanza.