Aforismo marchito, 82

A menudo cuesta escribir porque sabes que, al pasar de tu cabeza a las líneas, descubrirás el fraude, la diferencia entre el molde y los hechos. Comprobarás que, nada llega a ser tal y como lo habías ideado. Y eso mismo ocurre con la vida, por lo que la tragedia está servida en bandejas llenas. Sin embargo, escribir, a pesar de eso, vivir, a pesar de todo, es asumir y alcanzar la parte de victoria que nos corresponde.


Conroy Maddox, Onanistic Typewriter, 1940. Photo credit: The Murray FamilyCollection

El salto

Tras  un mes de encierro en la jaula de formol, sus pasos de arena movediza regresaron a los océanos procelosos de las aceras. Las farolas recién encendidas le hirieron con su luz fría: el universo entero era indiferente a su dolor.

El hospital quedaba fuera de él, su hedor dentro. El accidente se alejaba en los relojes, las consecuencias ya eran quiste inmutable. Su mujer y su hijo se pudrían, se pudrían su mujer y su hijo.

Era domingo y brillaba la nada. Llegó al rascacielos con sabor a reencuentro. Ascensor de nácar y azotea de cielo. La felicidad del descanso a un solo paso.

No saltó. El salto fue no saltar. El salto fue seguir vivo.