El apocalipsis según Monterroso: Simplemente no amaneció.
El apocalipsis según el Ateo:
Buenos, malos, y la inmensidad restante, recibimos la misma Gracia –polvo.
El apocalipsis según Hume:
Tuve razón respecto del principio de causalidad; que hasta ayer hubiera salido el Sol no significaba demasiado, al menos no lo suficiente como para que hoy, por fuerza, por necesidad, lo hiciera.