Por fin saldé una deuda hace mucho tiempo contraída, supongo que en ella se entrelazan de modo tragicómico mis desventuras por Berlín y sus múltiples posibilidades para verla entonces, pero la vida y sus sorpresas como bien sé caen de cualquier manera y en cualquier momento.
Digamos ya nuestra crítica tras el enredo inicial: soberbia, si acaso le sobre un punto de sadismo -¿seré un blando después de todo?-, y es fantástica en todo lo demás.