La herencia

Uno de los mayores milagros que en estos tiempos es posible contemplar, vino a producirse. Incluso a pesar de la pequeña fortuna, incluso a pesar de los numerosos descendientes, e incluso a pesar de que no había testamento alguno, los herederos no tuvieron ningún problema para ponerse de acuerdo con la herencia.
Fue tanta la alegría que me produjo, que incluso estuve a punto de volver a la vida para felicitarles, pero un segundo milagro me pareció excesivo, y me contuve, muerto pero feliz.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s