Del poeta Jalil Gibrán en «El Profeta», cuando Almustafa habla sobre el bien y el mal:
«En vuestro anhelo por un yo superior descansa vuestro bien, y ese anhelo está en todos vosotros.
Pero, en algunos, tal anhelo es un torrente que se precipita con fuerza hacia el mar arrastrando los secretos de las colinas y las canciones del bosque.
En otros es un débil e indolente arroyuelo que se pierde en meandros consumiéndose antes de llegar al estuario.
Pero que quien mucho anhela no diga a quien poco desea: ¿Por qué eres lento y te paras tanto?
Porque el que es verdaderamente bueno no pregunta al desnudo: ¿Dónde está tu ropa?, ni al vagabundo ¿Qué le ha pasado a tu casa?«