En busca del tiempo perdido 2; A la sombra de las muchachas en flor.
«Todo soldado está convencido de que tiene por delante un espacio de tiempo infinitamente prorrogable antes de que le maten; el ladrón, antes de que le cojan; el hombre, en general, antes de que le arrebate la muerte. Ése es el amuleto que preserva a los individuos –y a veces a los pueblos−, no del peligro, sino del miedo al peligro; en realidad, de la creencia en el peligro, por lo cual le desafían en ciertos casos sin necesidad de ser valiente».