Una mojigata se puso a leer «Cincuenta sombras» en el autobús. La monja esbozó una sonrisa de desprecio, siguió leyendo a Sade.
Una mojigata se puso a leer «Cincuenta sombras» en el autobús. La monja esbozó una sonrisa de desprecio, siguió leyendo a Sade.
Excelente!
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gracias 😉
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Excelente
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