Música, dolor de espalda, madrugada y a escribir. Hoy en especial estoy bastante, como decirlo, hasta la polla. Cuando sientes que los menores te han agotado, padeces. Padezco y sufro. Creo que es una mezcla de impotencia, falta de cualidades de educador, y rabia, sobra de ganas de liarse a tortazos. Tensión.
Catarsis es lo que busco y lo que empieza a invadir mi cuerpo, una falsa sonrisa repleta de complejidad sazona un estado que por momentos se disipa y pasa de esa tensión a un estado de relajación lograda.
Falso como una puta, o como un sabio, o como cualquiera de nosotros. Si fuera tan fácil, escribir y adiós a la tensión, entonces estaría con bic y papel hasta en la sopa. ¿Seguro? Si así fuera no escribirías nunca.
¡Dios!, muerto. Prometeo, esa falsa esperanza. Locura, diosa inalcanzable. Yo, amalgama insondable de esa pura normalidad. ¿Dónde está el descanso?, ¿en la muerte? No, en esa cama inalcanzable hasta dentro de unas diez horas.
Trabajo este curioso donde se precie. Agotador, agotador y agotador, no hay mayor tortura psicológica que un día duro en “esta oficina”. Pero todavía no ha llegado ninguno de esos días, así que a callar y a jugar.
Buenas noches, y hasta que les levantes Paciencia. Buenas noches.