The Wire

Una de las mejores experiencias audiovisuales de mi vida acaba de concluir tras varios meses. The Wire (Bajo escucha), cae al fin tras cinco temporadas y más de sesenta horas. Sin duda alguna una de las mejores series que he visto en mi vida. Compleja, real, intensa, sorprendente, verosímil, divertida, tierna, y podría seguir hasta que se acabaran los adjetivos. La echaré de menos ahora que McNulty y Freemon y Omar y Bunt y Presbo y tantos otros desaparecerán de mi horizonte. Casi les toqué. Dejaré una última cita del último capítulo que habla sobre la necesidad o no de tragar mierda y ceder para medrar:
-«El árbol que no se dobla se rompe».
-«Sí, pero el árbol que se dobla demasiado ya está roto».
Empezó como una serie de drogas y policía muy alejado de las chorradas del CSI, luego se sumó el aspecto educativo, el político y en la última temporada, el periodístico. Y siempre mostrando la complejidad y la verosimilitud. A los guionistas, actores, director, fotografía… habría que darles por lo menos las gracias, y yo es lo que humildemente hago aquí y ahora. Así que y por última vez, GRACIAS.

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