La intensidad. La intensidad de mi desdicha y la intensidad de mi felicidad, siempre mezclada en sus tiempos, presente, pasado, futuro, siempre imprevisible y dispuesta a ser sacudida y volteada y transformada. Por supuesto no mayor que la intensidad de quien me rodeé o de quien desconozca. Pero mía. Mi intensidad, mi ser más profundo, mi sonrisa y mi dolor, mi rostro el día que muera, mi alma cada día que vivo. La mayor parte de las veces no estás conmigo, y entonces soy otro cualquiera, cuando tú apareces, me desollo y me muestro tal cual soy, sombrío y luminoso, duro y tierno, dudante y certero, contradicción hasta el día del día del adiós, y mientras viva.