Dice Odiseo «disfrazado» por la diosa Atenea, a uno de los muchos pretendientes que se comen las riquezas del divino aqueo y le ultrajan sin parar:
«Nada cría la tierra más endeble que el hombre de cuantos seres respiran y caminan por ella. Mientras los dioses le prestan virtud y sus rodillas son ágiles, cree que nunca en el futuro va a recibir desgracias; pero cuando los dioses felices le otorgan miserias, incluso de éstas tiene que soportarlas con ánimo paciente contra su voluntad».
Cuánta filosofía y cuántos libros de autoayuda no hay resumidos en este fragmento.