En apenas 72 horas mis pies pisarán tierra firme en otro continente, y poniéndome pedante tan bien como yo sé hacerlo, puedo decir que espero hollar nuevas conquistas vitales.
El Salvador como destino de un proyecto que me niego a pronosticar para no caer en ningún tipo de decepción, depare lo que depare, ya no queda mucho para descubrirlo. ¡Allá que nos vamos neuras y virtudes!