Tomado de, Adiós a la filosofía y otros textos, antología de diversas obras de Cioran, para este caso, La tentación de existir:
«Si la fuerza es contagiosa, la debilidad no lo es menos: tiene sus atractivos, no es fácil resistírsele. Cuando los débiles son legión, os encantan, os aplastan: ¿cómo luchar contra un continente de abúlicos? Dado que el mal de la voluntad es además agradable, uno se entrega a él gustoso. Nada más dulce que arrastrarse al margen de los acontecimientos; y nada más razonable. Pero sin una fuerte dosis de demencia, no hay iniciativa alguna, ni empresa, ni gesto. La razón: herrumbre de nuestra vitalidad. Es el loco que hay en nosotros el que nos obliga a la aventura; si nos abandona, estamos perdidos: todo depende de él, incluso nuestra vida vegetativa; es él quien nos invita a respirar, quien nos fuerza a ello, y es también él quien empuja a la sangre a pasearse por nuestras venas. ¡Si se retira, nos quedamos solos! Nos se puede ser normal y vivo a la vez[…] Subsisto y actúo en la medida en que desvarío, en que llevo a bien mis divagaciones. En cuanto me vuelvo sensato, todo me intimida…»
Para quién no le conozca, ahí tienen una muestra de lo que puede llegar a ofrecer.