Si allá por enero, el 15, uno de los lectores de los que carezco me hubieran comentado que a estas alturas estaría conmemorando la llegada a 50 entradas, hubiérame considerado fracasado. Al poco, sin embargo, le habría buscado exultante y orgulloso. Aunque en una tercera ocasión, ya más comedido, ofrecería una serena y relajada satisfacción.
Decir que camino por ese último cosquilleo es acercarse con cierta precisión a mi actual estado de ánimo, -recordémoslo: mi dios en tanto que mi anima. Por ello considero, como no podía ser de otro modo, que aunque podía haber estado mejor, no ha estado mal. Así las cosas, brindemos esta noche a tu salud y porque no tardando nos comamos al 100 con mayor fruición y calidad.